Hablar en público no es una tarea fácil. Si bien hay muchas personas que se desenvuelven como pez en el agua, a otras les supone un gran esfuerzo. La vergüenza, la falta de seguridad o el miedo escénico suelen ser los principales frenos que nos ponemos y que nos impiden llevan un buen discurso adelante.
El dominio de hablar en público es un arma muy importante a la hora de vender un producto, una marca o, incluso, a nosotros mismos. No es sencillo, pero tampoco imposible y consiste, sin duda, en no dejar de practicarlo para ir puliéndolo en la mayor medida posible. Todo ello no consiste en otra cosa que mejorar nuestras habilidades comunicactivas para tratar de ser más eficaz y asegurarnos de que el mensaje que queremos transmitir llega realmente.
El arte de la oratoria es, por tanto, vital para comunicar, impactar y, a su vez, persuadir. Para ello, hemos resumido en 7 las claves que nos ayudarán a mejorar nuestra comunicación en público aunque no debemos olvidar que lo primero es quitarnos ese miedo escénico o, al menos, intentarlo.
En la siguiente presentación se plantean los 7 mandamientos que van a hacer que mejore nuestra comunicación en público ¡Suerte y adelante!
Bien es sabido que estudiar un máster no es una tarea sencilla. Más aún cuando tenemos que compaginarlo con nuestra actividad profesional y laboral. En cualquier caso, requiere mucho esfuerzo, constancia y perseverancia. Y esto, como sabemos, no siempre es fácil de cumplir. Veamos entonces cómo podemos afrontar un máster sin que lo abandonemos, lo dejemos de lado por un tiempo o, pero que todo, no lleguemos a finalizarlo. Y no solo eso, sino que le saquemos el máximo partido y rendimiento.
1. La primera premisa y más importante es elegir un máster que realmente nos guste y nos interese. De ello va a depender nuestra motivación durante el curso académico.
2. Organízate desde el inicio. La organización es muy importante para no estresarnos y, además, nos ayuda a cumplir mejor nuestros objetivos de estudio. Administrar bien el tiempo es la base de todo.
3. Planea un calendario de trabajo. Una vez lo tengamos diseñado, será mucho más fácil cumplir con las horas de estudio, elaboración de casos prácticos y demás tareas propias del máster. En este sentido, debes tratar de ser estricto contigo mismo y no acostumbrar a saltarte las horas marcadas.
4. Sé proactivo. No solo te limites a hacer lo que el profesor sugiera o marque entre los objetivos mínimos del máster, sino que trates de mantener una actitud activa. Preguntar dudas, compartir conocimientos y relacionarte con profesores y compañeros favorecerá tu experiencia y resultados finales.
5. Ten claras siempre tus metas. Durante el curso, es posible que tu motivación o estado anímico decaiga si te sientes estresado. Sin embargo, si mantenemos vivas esas metas y objetivos que nos hemos marcado, es más probable que tu motivación se mantenga siempre ahí para sacar el trabajo adelante.
Estos son los 5 mejores consejos que podemos ofrecer a todos aquellos aspirantes a realizar un máster, en muchos de los casos, tratando de compaginarlo con su vida profesional. ¡Esperamos que ahora consigas tus retos profesionales!
La figura del emprendedor está cada vez más en boga. La caída de la empleabilidad durante la crisis, el avance tecnológico que abole las barreras espacios-temporales y, a su vez, la elevada formación de los jóvenes profesionales, está empujando a la creación de nuevos proyectos emprendedores. Pero un emprendedor no solo es quién tiene la idea, sino quien reúne algunas características específicas que harán que su proyecto sea un éxito. Aquí te contamos las 10 características que tiene que tener un emprendedor para alcanzar su sueño.
Un emprendedor ha de tener una visión de negocio especial. Un olfato que le permita anticiparse al mercado para poner en marcha un negocio que realmente satisfaga las necesidades de su público objetivo.
De la misma manera, un emprendedor debe llevar la iniciativa por bandera. Una persona que se plantee continuamente nuevas propuestas, mejoras y oportunidades. Esto es determinante para que el producto o servicio que desarrolle sea totalmente innovador.
Un emprendedor sin pasión por lo que hace no tiene ningún sentido. Al emprendedor tienen que entusiasmarle lo que está llevando a cabo y creer en su proyecto ya que de ello también dependerá su éxito o fracaso. Debe tener una firme apuesta y defender con pasión su idea.
Cualquier proyecto que se emprenda ha de ser ambicioso. Y quien lo lidere también. Tener claro qué queremos conseguir y, después, plantearnos cómo lo vamos a logar, ayudará al emprendedor a ver el camino con mayor claridad.
Una start-up o proyecto emprendedor necesita de un buen líder que tenga una capacidad de influencia especial y que sepa conectar con sus trabajadores. Ello significa que el líder de equipo será capaz de comunicar las ideas de manera brillante hasta el punto de generar motivación, así como explotar las mejore virtudes de cada uno de los que forman parte del equipo.
Otra cualidad del buen líder y, por tanto, del emprendedor es la capacidad de resolver los inconvenientes o problemas de una manera rápida y eficaz. Esto es muy importante ya que en un proyecto que acaba de nacer lo normal es que vayan apareciendo diferentes situaciones que pondrán de manifiesto la necesidad de alguien que tenga esta cualidad.
El emprendedor también tiene que tener una mente innovadora y creativa. Un profesional cuya inspiración no tenga límites precisamente para idear un proyecto innovador, resolver con cierta creatividad posibles problemas o, incluso, plantear alternativas que nada tengan que ver con lo comúnmente conocido.
Mostrarse seguro de sí mismo y hacérselo ver al resto. Esta faceta es muy importante ya que el emprendedor dejará ver su seguridad en confianza en sí mismo, al mismo tiempo que le permitirá no dar rodeos y orientarse a os objetivos ya planteados.
Es necesario tener una buena actitud, tanto para lo bueno que vendrá, como para lo malo. Aprender día a día de los aciertos y de los errores es otra de las grandes cualidades que ha de tener un buen emprendedor.
Ser positivo ayudará al emprendedor a convertir las amenazas en oportunidades. Asimismo, favorecerá a cumplir con el resto de cualidades, ya que permitirá afrontar con una mejor actitud ante cualquier adversidad, además de desarrollar una mentalidad constructiva.
Con la perspectiva de varias décadas de implantación, desde distintos ámbitos se está haciendo balance del impacto de las microfinanzas. Una de las aportaciones más destacadas es la del centro de investigación J-PAL del Massachusetts Institute of Technology. Su reciente estudio Where credit is due concluye que el microcrédito no tiene el impacto en la reducción de la pobreza que entidades microfinancieras y donantes defienden.
A pesar de ello, los microcréditos sí tienen un impacto positivo al incrementar la libertad de los hogares de bajos ingresos para optimizar la forma en la que generan ingresos, consumen o invierten.
El estudio desvela algunos datos sorprendentes. Por ejemplo, la demanda de microcréditos es modesta, los emprendedores que financian sus negocios con microcréditos logran más ventas pero no más rentabilidad, y hay pocas evidencias de que el acceso a los microcréditos tenga efectos relevantes en el empoderamiento de las mujeres.
¿Hay alternativas? Los autores afirman que hay margen para la mejora y la innovación de los microcréditos. Sugieren que la estructura habitual de pequeños importes, plazos cortos y repagos inmediatos y frecuentes no es la más adecuada. Incrementar los importes, alargar los plazos y ajustar el calendario de amortización a las necesidades del emprendedor puede multiplicar el impacto de los microcréditos en su objetivo de reducir la pobreza y mejorar los estándares de vida de las capas más desfavorecidas de la población.
Esta es la conclusión del estudio de Edelman que analiza las necesidades y perspectivas de los consumidores desde tres perspectivas: emocional, relativa a los sentimientos de las personas; racional, vinculada al motivo transaccional para creer en una entidad; y social, referida a la contribución a la comunidad y al entorno en sentido amplio.
Aunque la industria financiera destaca en responsividad y convicción respecto a otros sectores, todavía hay un espacio de oportunidad entre las necesidades de los consumidores y la percepción que tienen del desempeño de las entidades financieras.
Así, por ejemplo, el 68% de las 15.000 personas encuestadas en 12 países, considera que los bancos deben ser transparentes, pero sólo el 17% se sienten satisfechos con las prácticas de comunicación. En la misma línea, el 52% de los usuarios de servicios financieros creen que las entidades deben hacer partícipes a los clientes en el desarrollo de nuevos productos, pero sólo el 18% afirma que los bancos cuentan con ellos.
A pesar de los esfuerzos de la industria para recuperar la confianza perdida durante la crisis, todavía hay margen para la mejora. Así lo pone de manifiesto el resultado de la pregunta acerca de para qué creen los consumidores que las empresas piden información personal. En el caso de la industria de alimentación, el 55% de los consumidores cree que es para el beneficio de la empresa y el 45% para proveer un valor tangible a cambio. Para la industria financiera los datos son muy distintos: sólo el 31% cree que los bancos piden datos personales para ofrecer algo a cambio.
El informe concluye que las entidades financieras pueden diferenciarse de sus competidores satisfaciendo las necesidades emocionales, racionales y sociales de sus clientes. Los bancos que definan un propósito social claro, mejoren su capacidad de respuesta a las cambiantes preocupaciones de sus clientes, y faciliten su participación en el diseño de las soluciones que ofrecen tienen mejores perspectivas para generar un impacto positivo en las decisiones de compra de los clientes.
Lideran el sector asegurador en el Ranking de transparencia de las fundaciones empresariales elaborado por la Fundación Transparencia y Compromiso. La Fundación Banco Sabadell y la Fundación Microfinanzas BBVA son las más destacadas de la industria bancaria.
El informe analiza el desempeño de las fundaciones respecto a 17 indicadores de transparencia y evalúa el progreso en los últimos años. El estudio concluye un avance significativo en los niveles de transparencia de las fundaciones empresariales y al mismo tiempo recoge una serie de recomendaciones para mejorar el gobierno de las fundaciones.
La primera recomendación se centra en la necesidad de evaluar periódicamente la formulación y vigencia de la misión de la fundación. En segundo lugar, el informe recomienda a las fundaciones que en sus órganos de gobierno se incorporen suficientes patronos independientes que velen por la integridad y sostenibilidad de la organización. Por último, se propone que las fundaciones pongan el foco en el impacto de sus actividades y no tanto en la medición de sus actividades.